Control del riesgo

Persona sosteniendo un rectángulo de madera que conecta 2 segmentos de madera

Un riesgo se puede convertir en una oportunidad

Aunque la ocurrencia de riesgos se suele relacionar con situaciones negativas, estos se pueden convertir en oportunidades cuando los identificamos e iniciamos actividades para prevenirlos o para disminuir su impacto en caso de que sucedan.

Por ejemplo, Rosa trabaja en una empresa, su empleo es la única fuente de ingresos, si llegara a perderlo, no tendría cómo pagar las cuentas de su casa, por esto, Rosa empezó a vender ropa por encargo, si pierde el trabajo no quedará tan desprotegida, pero si no, tendrá más dinero para atender sus obligaciones, o incluso, podría iniciar un negocio propio.

¿Cómo manejar el riesgo?

Para administrar un riesgo es necesario seguir estos pasos:

  • Identificar el riesgo y el daño que puede causar.
  • Tomar medidas para evitar que suceda o para disminuir su impacto.
  • Tener presente opciones de respuesta y recuperación para cuando el riesgo se materialice.

A manera de ejemplo, si una persona tiene un cultivo del que depende el ingreso de su hogar, evalúa qué puede afectar la continuidad del negocio (una sequía, una helada, etc.) y cómo le puede impactar; luego toma medidas para que, en caso de que ocurra el riesgo, el cultivo no se vea seriamente perjudicado (establecer un pozo, un sistema de riego, etc.) y evalúa opciones de recuperación.

¿Cómo identificar un riesgo?

Para identificar un riesgo es necesario examinar los bienes que se poseen, reconocer lo que más se valora, y determinar las metas alcanzadas y que se quieren lograr. Con eso en mente, se reflexiona sobre aquellos eventos que pueden entorpecer la meta o afectar lo que tanto valoramos y queremos proteger. Es importante identificar esos obstáculos y ponerlos en una lista, empezando por aquellos que tienen más probabilidad de ocurrencia o mayor impacto en caso de materializarse.

Por ejemplo, Antonio quiere comprar una casa para su familia y destina la mayor parte de su salario a un fondo con el que pagará la cuota inicial. Entre otros riesgos, Antonio deberá considerar a qué persona o institución le confía su dinero o qué sucede si pierde el empleo que actualmente le permite ahorrar.

¿Cómo prevenir o mitigar un riesgo?

Para prevenir un riesgo se debe hacer o dejar de hacer algo que evite, hasta donde sea posible, la ocurrencia del riesgo. Mitigar un riesgo es implementar acciones que suavicen el impacto de lo inevitable.

Para prevenir el riesgo de un accidente, un conductor no consume licor cuando va a manejar un vehículo; en el hogar, se previenen accidentes cuando se solicita el mantenimiento preventivo de los equipos de gas.

Cuando no es posible evitar el riesgo, como en el caso de fuertes lluvias que puedan causar desbordamiento del río cercano a la vivienda, se toman medidas para mitigar el impacto, como la construcción de muros de contención, o se puede buscar compartir el riesgo para que el impacto de un hecho desafortunado no sea tan fuerte.

¿Qué significa asumir el riesgo?

Significa que cada uno se hace responsable de las pérdidas, daños o impactos de un suceso ocurrido. Se debe considerar si se tiene capacidad económica para retornar a la situación que se tenía antes de la ocurrencia del riesgo, o analizar cuánto tiempo tomará esa recuperación. Algunas alternativas incluyen utilizar los ahorros o acudir a créditos para superar la situación.

Por ejemplo, Alberto, como fotógrafo, asume el riesgo de lo que pueda pasar con sus cámaras cuando sale a tomar fotos de la ciudad en un día lluvioso. Si las cámaras sufren algún daño, él tendrá que comprar equipos nuevos para continuar con su trabajo.

¿Qué significa compartir el riesgo?

Significa que el riesgo se puede trasladar a otra persona o a una empresa de seguros que está en capacidad de ayudar en caso de ocurrencia de un evento inesperado. Como algunos riesgos no se pueden eliminar y su impacto puede ser alto en el presupuesto de una familia, compartir el riesgo es una buena herramienta para mitigar el impacto.

En el ejemplo anterior de Alberto, si él transfiere el riesgo de daño o robo de sus equipos a una aseguradora, en caso de que ocurra alguno de estos eventos, la compañía de seguros ayudará a reponer los equipos fotográficos.